sábado, 14 de mayo de 2011

Imposibles.

Lo admito, no lo logro. Me supera, va más allá de lo humano. No te logro sacar de mi cabeza. No como quisiera lograrlo.

domingo, 20 de marzo de 2011

Angustia.

...¿Qué hacemos con los recuerdos?
No eres una mierda de persona. Y, tú no me heriste. Uno no puede forzar los sentimientos, y te entiendo... más, me duele. Y es mi culpa, no la tuya. Es mi culpa, por no saber quererte como amigo. No sé... No puedo, me bloqueo. Siento que para hacerlo necesito una fuerza y una madurez emocional increíble... Y siento que no poseo ambas.
Tú no te imaginas cuánto te extraño, cuánto extraño esos silencios, esas conversaciones por teléfono. Tienes razón, los silencios nunca han sido incómodos. Me bastó saber con que estabas tú ahí, al otro lado de la línea, a mi lado, en algún lugar del mundo, para que no lo fueran.
Tú no sabes cuánto te quiero, no sabes cuán feliz me hiciste. Siento que jamás pude expresarlo. Hace poco me di cuenta, que cuando me preguntaron cuándo fue la última vez que fuiste realmente feliz, tu rostro vino inmediatamente a mi mente. Agradezco cada uno de los momentos que me diste, realmente. Y los extraño.
Y me arrepiento de las decisiones precipitadas. Realmente lo siento... Me siento yo una mierda por no ser capaz de superar ciertas cosas... Perdóname, pero no puedo quererte sólo como una amiga. Perdóname por no ser capaz de superar las cosas.
Y quiero que sepas que tú también me importas. Siempre lo has hecho. No pude soportar la impotencia de saber las cosas que te hicieron. Me importas mucho. Lamento ser malo expresándome. Siento que las cosas que digo no logran abarcar lo que siento, en general.
Gracias, por cada una de las sonrisas que me regalaste, por cada uno de los momentos felices. Gracias por ser quien eres.
Y, te ruego que me perdones. Por los errores que cometí, perdóname por no ser capaz de quererte como tú a mí. Pero siempre ten en claro que te quiero.
No sabes cómo me gustaría poder regalarte una sonrisa en este momento.

Y, recuerda... When you breath, I wanna be the air for you~

lunes, 27 de diciembre de 2010

Maligno.

Saliendo un poco de la rutina, de escribir bonito, qué increíbles son las vueltas que da la vida. Han habido dolores más fuertes de los que hubiera creído que podría soportar, y en tan poco tiempo que no sé cómo estoy de pie. En realidad me creí más débil, creí que no tendría la capacidad de soportarlo. Pero, quizá necesito no sé, contarle a alguien. Y quién mejor que a mi blog, donde nadie pasa, donde quizá no haya más que alguien que pase y ponga "Siguiente Blog" así que, si usted es de estas personas, usted va a leer algo de una persona que quizá en su vida le importe. Primero... no fue un buen año, y todos los saben. Al menos tuve la única relación sin malos recuerdos hasta lo que va de vida. Nunca te lo dije Natalia, pero fue realmente bonito que fueras mi pareja, y aún más bonito que ahora nos llevemos así. Quizás tampoco nunca leas esto, qué sé yo. Como que, el quiebre se produce cuando terminamos. Sería una falacia decir que eso causó el estado, sólo fue una sucesión no relacionada de eventos. El negocio acabó, no digamos que fue un golpe duro, pero me ayudaba a sentirme seguro económicamente -aunque diablos que engordé-. Luego, me gusta alguien. Me encanta alguien. Espero a alguien. Resumiendo 6 meses en 4 frases. La espera fatiga, cansa, mata. Pero, ella dice que la hago sentir de una manera distinta. Y voilà, me besa. Estamos juntos. Nadie lo sabe, pero estamos juntos. Y aquí viene el golpe: pasa un mes, el día en que quiero, qué sé yo, concretar la relación, proponerle que esto sea serio, se acaba. Y ella no lo supo, nunca supo mis deseos. Sin embargo me quebré. Me quebré como nunca en mi vida por alguien. Me quebré porque la noche anterior se disipó la última duda de si la amaba o no. Y sí, ella es la primera persona a la que le digo "te amo" de corazón. El quiebre duele, me confunde. Pasa tiempo, y siento que puedo ponerme de pie, y volver a caminar, dejar de estar tirado por el dolor. Pero no, no puedo. Aún duele. Y vuelvo a creer que puedo ponerme de pie, y esta vez el doctor dice lo contrario. Es feo el nombre de la enfermedad, y me apesta escribirlo. Y también duele. Es un golpe terrible. Y, me quiebro nuevamente. Pero, en realidad, me quiebro en risas. La vida es una ironía. La vida es un chiste, a veces de buen gusto, a veces de mal gusto. Es un humor negro, a veces blanco. Pero de que es un chiste, lo es. Hacen falta comediantes, para hacernos dar cuenta de que sí es un chiste. Los golpes te matan, pero los muertos se terminan alzando. Mientras más veces caes muerto más veces te levantas de la muerte, más fuerte, con más experiencia. Esta es sólo otra muerte. Ya me voy a levantar. Y, esta humorada continua, el chiste continúa, el show continúa, porque debe continuar. Y no pienses que sin ti se detiene, porque no es así. Un chiste es prescindible en un mundo de chistes. Así que, se un buen chiste y prevalece. Y procura entretener. Procura ser un chiste que no se deje morir por la muerte, que se levante y sea aún más gracioso. Porque luego viene otra muerte que ya no saca risas, y de esa no te vas a levantar. Sé un buen chiste, sé el mejor chiste, procura ser parte del show, si mueres, si caes levántate, y sigue avanzando. Mira que soy redundante. Sé un buen chiste, sé el mejor chiste. O mejor, sé un comediante.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Gradiente.

De pronto, algunos dolores me parecieron un juego de niños.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Inspiración alternativa.

Por más que intenté pedirle ideas plasmables en un escrito a mi mente, no respondió. Me frenaba las ideas. Me dejaba en blanco. Así que, pensé en pedir nuevos consejos. Consejos que me hablaban de tu belleza. Microscópica, titánica, presente, etérea. Y me recordó tu mano, faérica, que me lleva al cielo. Al igual que tus ojos, al cielo, a la cima de su profundidad, a la sima de su grandeza. Y estos consejos, estos recuerdos antitéticos que difieren y concuerdan, me confunden y me aferran a la certidumbre. Y me recordaron tu sonrisa, estremecedora, que va y viene, me lleva y me trae, me mata y me da la vida, tu sonrisa, maravillosa como el mar, como la vida, de ensueño, eterna, efímera. Sin embargo, luego de todas las imágenes que grabo en la piedra del papel, llega una frase. Unas letras, unos símbolos, unas líneas. Que no difieren, que no tienen opuesto. Un "te quiero" sin más ni más, sin su opuesto, en su lugar está sólo su reflejo. Adivina a quién le pedí el consejo.

Peculiaridades.

¿Han visto una llama que pueda existir sin aire? Yo he visto algo aún más singular, una ráfaga de aire que no puede vivir sin fuego.

martes, 23 de noviembre de 2010

Con ritmo.

Nada dice mejor "hola" que un mono bailando.